Es la mejor opción cuando hay más de una habitación a climatizar. Te ahorras instalar más de un aparato y el coste que esto conlleva.
Estéticamente es mucho más sencillo y desapercibido, pues sólo están a la vista las rejillas de salida del aire. Además, hay creadores de aire acondicionado que ofrecen diseños originales y a la última, con una gama de colores amplia para rejillas o para los termostatos.
Acústicamente es mucho más discreto. Apenas hace ruido, si bien es cierto que los split de hoy en día han ganado mucho en silencio.
Ahorro de energía. Estos aparatos permiten controlar cada habitación, imponiendo la temperatura en cada una de ellas de forma independiente, además de poder cerrar los que estén desocupados y parar la máquina de aire acondicionado cuando las zonas alcanzan la temperatura que hayas configurado en los diferentes termostatos.
Requiere de obra y una complicada instalación. Normalmente es una buena opción cuando la vivienda la compras con este tipo de aire preinstalado. De lo contrario tendrás que encastrarlo en el falso techo de la vivienda y si no tiene, hay que fabricarlo. Si bien es cierto que también existen instalaciones de aire acondicionado por conductos a la vista, una opción que puede resultar antiestética para muchos, pero que ofrece un estilo industrial en auge en el mundo del interiorismo.
Su elevado coste. Para un domicilio de 90 metros cuadrados, el precio por el aparato y su instalación oscila entre 3000 y 4000 euros. Un precio alto pero que, a la larga, se rentabiliza por el mencionado ahorro energético.
Ya conoces los puntos fuertes y los débiles de estos aparatos. Yo he podido comprobar las diferencias entre aires acondicionados gracias a vivir de alquiler, y, teniendo en cuenta que yo no he pagado el "pato", para mí, es mejor el aire por conductos. Además, en la factura se nota cada mes. Ahora te toca elegir a ti.